CLASE CULTURAL
Autor: MARTHA ROSLER
Editorial: CAJA NEGRA
ISBN: 9789871622597
Sinopsis:
Desde el colapso en los tempranos años ochenta del régimen de acumulación fordista, es imposible no advertir una amplia transformación en la estructura social, física y demográfica de muchas metrópolis occidentales. La especulación inmobiliaria, la tercerización de la producción industrial y los monopolios de los sectores financiero y tecnológico dejaron como huella ruina y abandono y la conversión de barrios de clase trabajadora y centros industriales en talleres de artistas y áreas de consumo. Mientras todos estos procesos convergen en atractivas formas para producir una apariencia de prosperidad económica, la precarización del trabajo y el desempleo crónico son datos subyacentes pero inequívocos del paisaje urbano contemporáneo. En este conjunto de ensayos, la artista y crítica Martha Rosler analiza el rol de las artes visuales como activo estratégico instrumentalizado por los gobiernos municipales para la creación de valor inmobiliario y la invención de nuevos patrones de consumo basados en la comodificación de la cultura. Ciclovías, cervecerías artesanales, la promoción de barrios “emergentes”, la proliferación de festivales patrocinados por bancos y fundaciones, el auge de las bienales como estrategia para insertar a una ciudad en el circuito internacional del arte y la construcción de centros culturales resplandecientes son algunas de las figuras recurrentes con las que los planificadores urbanos construyen un “marketing del estilo de vida” y diseñan una ideología de la creatividad al servicio de la gentrificación capitalista. Con un repertorio de referencias variadas, que incluye desde el trabajo teórico de los gurúes del management urbano hasta la disección situacionista del rol de la cultura visual en el capitalismo y la teoría del trabajo inmaterial del postoperaísmo italiano, estos textos proveen la materia prima fundamental para comprender las nuevas formas que adopta la lucha de clases en la ciudad postindustrial, y para poner en cuestión las complicidades de la comunidad artística con los nuevos regímenes de consumo.
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